Y así, tan rápido como un segundo y tan corto como un suspiro, pasó el amor por sus ojos. Casi nada es un juego. Y casi ninguna sensación es de mentira. E l amor no es un juguete, así que no hay que jugar con él, además que no sabe lo que es jugar, no entiende su significado, eso para él no existe. Por eso lastima. Aunque no quiera.
Y así, tan lento como un siglo y tan prolongado como ciertas noches, se instala el pesar en el pecho.
Hasta el papel toma forma y vida con solo imaginárselo.
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